lunes, 26 de febrero de 2007

EL ARTE AL SERVICIO DE LA RELIGIOSIDAD


En el campo artístico son notables las aportaciones del período colonial, a diferencia de las realizaciones en el ámbito de las letras, en la pintura destaca en el siglo XVIII el pintor religioso, José Miguel Gómez y el retablista Blas de Mesa, gran parte de los lienzos fueron creados para la iglesia y conventos. En la misma época, con la creación del curso de Artes en el Colegio de Comayagua, surge el interés de los hondureños por la música.El legado artístico hondureño de esta época se da en toda su plenitud en el campo de la escultura, expresada en magníficos retablos y esculturas estofadas, en platería y en la imaginería religiosa, se puede hablar de la Escuela de Comayagua dentro del movimiento artístico que tiene su foco en Guatemala. En arquitectura, destacan obras militares, religiosa y civiles, en la primeras, se destacan, El Castillo de Omoa (1775), El puesto defensivo de Santa Bárbara en Trujillo ( siglo XVII), entre otras, de carácter religioso sobresalen innumerables iglesias, capillas y ermitas, mismas que continúan en pie destacando la línea del más puro barroco americano, entre ellas, La Catedral de Comayagua (principio del siglo XVIII, San Manuel de Colohete (1721), La Catedral de Tegucigalpa (1765), entre otras, en las construcciones civiles aparecen una serie de edificios de carácter público y privado que embellecen los poblados y dan paso a la distinción de un sector de la población.

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